lunes, 10 de diciembre de 2007

LA PELICULA DE NUESTRA VIDA

Esperaba en el aeropuerto la salida de mi vuelo cuando en punto de las ocho de la mañana un señor bien vestido, de alrededor de 50 años llego a trabajar en la sala de espera en la cual yo estaba. De una maleta sacó algunos tubos de aluminio, unas tablas de madera y lentamente con gran cuidado armó un pequeño mostrador, puso una manta al frente con publicidad, sacó varias camisetas, las puso encima del mostrador y él se colocó detrás.
Desde que llegó me llamó la atención la actitud de esta persona, aparentemente estaba cumpliendo con su trabajo; llegó temprano, bien vestido, sonreía tímidamente y señalaba las camisetas a las personas que pasaban cerca, cubrió su turno de trabajo, etc. sin embargo era tal su desgano, su poco interés y esfuerzo, su falta de actitud y entusiasmo, su apatía, que en las dos horas que estuvo ahí no entrego ninguna camiseta a pesar de que estas eran gratis a cambio de una inscripción en un programa de millas de una línea aérea, durante estas dos horas, nadie se acerco a su puesto, las personas que lo veían no le hacían el menor caso, lo ignoraban, y muchas otras simplemente no se percataban de su presencia.
¿Qué estamos haciendo nosotros con nuestra vida?
¿Tenemos un plan de vida a seguir que nos ayude a manejar el destino de nuestra vida o la vida pasa día a día sin siquiera darnos cuenta? ¿Estamos simplemente presentes cumpliendo con nuestra tarea de vivir siendo un extra en la película de nuestra vida? ó ¿somos el protagonista, el personaje importante que responsablemente lleva las riendas y el control de cuanto sucede en la película?
La película de nuestra vida es muy corta y no sabemos cuando llegará el final. Si hoy Dios bajara del cielo y te dijera que la película se acabo;
¿Qué le responderías?
“Gracias Señor, llegas en excelente momento, estoy tranquilo, muy contento y satisfecho con lo que he hecho, con lo que he logrado, con la huella que he dejado, con las raíces que he echado, con las semillas que he sembrado, con el ejemplo de vida que he dado, con la congruencia con la que he vivido, con el esfuerzo que he puesto en mis actividades, con la actitud que he tenido ante las dificultades, con la honestidad con la que siempre realicé mi trabajo, con el amor que he recibido y compartido con los demás, con el uso que le di a los talentos que Tu me regalaste, he disfrutado mucho con mi familia y mis seres queridos todos y cada uno de los momentos que he vivido. Muchas gracias por todo Señor, cuando tu quieras nos vamos.
O le dirías; “No Señor, por favor, aun no es tiempo, me falta mucho por hacer, aun no he logrado lo que quería, se que tengo capacidad de hacer mucho mas de lo que hasta ahora he hecho pero no he tenido el tiempo necesario, se que puedo hacer mi trabajo de manera mas honesta y profesional, no he disfrutado y amado a mis seres queridos, a mis hijos, a mi esposa, he desperdiciado mucho tiempo sin hacer nada, no he aprovechado y compartido con los demás todo cuanto me has dado, he sido muy injusto, he despreciado a mucha gente, he sido egoísta pensando solo en mi, tengo muchos planes para el futuro, ¡por favor Señor, dame otra oportunidad, dame aunque sea un poco mas de tiempo!”
La película de nuestra vida transcurre rápidamente, no sabemos cuanto falta para que acabe, pero podemos estar seguros de que se acabará repentinamente, en el momento menos esperado, tal vez hoy, mañana, el año que entra, nadie sabe.

Como todas las películas, la nuestra puede tener un final feliz o un final muy triste.

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