miércoles, 15 de agosto de 2007

CADA HOMBRE...

Cada hombre tiene en su interior un árbol de los deseos. Pero alrededor de él, crecen arbustos salvajes. Cuando limpias los arbustos, el árbol se puede ver. A pesar de que el Ser está en el interior, ningún intento se hace para realizarlo. ¿Cómo puede un hombre envuelto en búsquedas externas realizar su Realidad interior? El método correcto tiene que adoptarse para alcanzar el objetivo deseado. El primer requisito para esto es la fe. Uno debe cultivar una fe inquebrantable en Dios. Hoy, la fe del ser humano es inconstante y decae con facilidad como hojas secas con una ráfaga de viento. El hombre debería esforzarse por experimentar lo Divino a través de la alegría y la tristeza, con una fe firme.

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